Los neumáticos son un elemento fundamental del coche y cerciorarse de forma periódica de su buen estado es imprescindible para circular con seguridad. Estudios revelan que más del 60% de los accidentes por avería mecánica se deben a problemas con los neumáticos. En este artículo te contamos cuándo hay que cambiar los neumáticos del coche y cual es la presión que deben llevar para ir seguros en la carretera.
Los neumáticos no tienen una fecha de caducidad concreta o exacta y esta no solo depende de su fecha de fabricación o de los kilómetros que hayamos recorrido con ellos. Hay que sustituirlos cuando se desgastan, algo que varía mucho en función de diversos factores: tipo de coche, clase de uso, estilo de conducción.
Es importante que los conductores sean conscientes que según pasa el tiempo y aunque se recorren pocos kilómetros, los neumáticos se degradan y el consejo de los fabricantes es que habría que cambiarlos cada cinco años o 45.000 km.
Un neumático se deteriora por distintas circunstancias tanto si rueda asiduamente como si está almacenado. Además de por la influencia de la rodadura, los compuestos se degradan, por eso también hay que vigilar los que llevan mucho tiempo parados, aunque no estén montados en ningún vehículo.
La vida útil del neumático comienza a partir de su instalación en el vehículo. Todas las marcas aconsejan inspeccionar los neumáticos del vehículo pasados los 5 años desde su montaje, aunque se hayan recorrido pocos kilómetros. Esa revisión del estado de los mismos por parte de profesionales permitirá validar su continuidad o no. Aunque el estado físico de los neumáticos sea correcto no se recomienda seguir utilizándolos más allá de los 10 años.
Según el estudio del Centro de Desarrollo e Innovación de la red de talleres, casi la mitad de los neumáticos en uso actualmente tienen más de cinco años. Una circunstancia que afecta directamente a la seguridad. Pero, además, este estudio asegura que el 6 % de los vehículos que circulan van equipados con neumáticos con más de 10 años de vida. Lo que significa que un millón y medio de vehículos circulan con los neumáticos en mal estado.
Recordemos que los neumáticos en mal estado son motivo de multa (200 e por cada uno), pero más allá de eso reducen la estabilidad hasta en un 30% y aumentan la distancia de frenado hasta en un 25%, lo que supone un gran riesgo para la circulación en las vías públicas o carreteras.
Como mencionamos, cerciorarse de forma periódica del buen estado de los neumáticos es imprescindible para circular con seguridad. Para ello hemos de estar al tanto de mantener una presión correcta.
En términos generales, podemos decir que la presión de nuestros neumáticos debe estar alrededor de los 2,5 bares. Pero, esto es una cifra genérica, que varía de un modelo a otro, y de si el coche va cargado hasta arriba o medio vacío.
Puedes conocer la presión adecuada para tus neumáticos en el manual del usuario. Además, los coches más modernos suelen contar con una tecnología que controla la presión del neumático; se llama sistema de monitorización de la presión del neumático (TPMS). Así, es el mismo coche el que te avisa de si la presión de sus ruedas no es la adecuada.
Llevar los neumáticos en buenas condiciones es importante siempre pero en días de lluvia puede ser vital. Si la profundidad de la banda de rodadura no es la adecuada, el neumático no podrá evacuar el agua de manera eficaz lo que reducirá considerablemente la adherencia entre ‘goma’ y asfalto. Por Ley, no se puede circular con neumáticos cuya banda de rodadura sea inferior a 1,6 mm.
En días de lluvia, circular con los neumáticos demasiado gastados aumenta de forma considerable el espacio que el coche necesita para detenerse por completo, ya que las ranuras no son lo suficientemente profundas para evacuar el agua de forma eficaz.
Que el neumático tenga la presión correcta también es muy importante en los días de lluvia. El neumático es el único punto de contacto del coche con el asfalto y sólo si el 100% de su superficie se agarra al asfalto puede garantizar una correcta adherencia sobre superficie mojada. El exceso o defecto de presión modifican la forma natural del neumático y, como consecuencia, reducen su capacidad de adherencia y su eficacia en días de lluvia
La presión de inflado correcta es la que indica el fabricante del vehículo en el libro de mantenimiento, que podrá ser diferente en las ruedas delanteras con respecto a las traseras, y en función de la vía o carga
Es importante revisar la presión de tus neumáticos una vez al mes, y antes de los grandes viajes. Para medir la presión hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
Llevar la presión de neumáticos adecuada ayudará a que las ruedas estén en mejor estado y que no aumente la posibilidad de sufrir un accidente. Por esa razón es conveniente revisar regularmente que los neumáticos tengan el aire recomendado por los fabricantes y también chequear que las bandas de rodadura estén marcadas.
La seguridad vial se construye entre todos, y tener los coches en regla es fundamental. También es imprescindible que el vehículo esté equipado con instrumentos de señalización de peligro como lo es la baliza v16. Frente a una situación imprevista de avería o incidente en la carretera, estas luces de emergencia dan aviso sobre la situación a otros conductores previniendo accidentes.
Existen modelos como la baliza PF Led One v16 conectada, que además de la función de emitir luz, también posee un sistema de geoposicionamiento conectado a la DGT. Esto permite que las autoridades conozcan el punto exacto del incidente y puedan avisar a otros conductores mediante paneles informativos y también enviar la alerta a los sistemas de ayuda y socorro en las carreteras. Es posible reservar este dispositivo en la página web de PF Seguridad Vial.
